Lectura: Filipenses 3:7-14
Nuevamente ha llegado el fin de año y se acerca el inicio de uno nuevo, y como siempre es una buena oportunidad para dejar atrás nuestro pasado y empezar de nuevo.
El ministro Henry Ward Beecher (1813-1887), lo expresó de la siguiente forma: “Hemos pasado por otro año más. Ha terminado otra larga etapa en la peregrinación de la vida, con sus altos y sus bajos, su polvo y su lodo, sus rocas y sus espinas, y las cargas que acaban con los hombros. El año viejo está muerto. Enróllalo. Suéltalo. Dios en su providencia nos ha ayudado a salir de él. Se ha ido… su maldad se ha ido, queda lo bueno. El mal ha perecido y lo bueno sobrevive.”
Los que hemos confiado en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, podemos olvidar el pasado y seguir adelante con seguridad, pues Él nos ha perdonado y nos ha dado una esperanza absoluta. Hoy, podemos decir confiadamente como dijo el apóstol Pablo: “…olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante” (Fil.3:13).
Haciendo esto, podremos recordar la fidelidad de Dios y olvidaremos los errores del pasado, aprendiendo de ellos y reparando, en la medida de lo posible, las consecuencias de nuestros pecados.
- Hoy es el día para iniciar un nuevo y brillante futuro, si estás arrepentido por tus fallas y has confesado a Dios tus pecados, adelante no pierdas más tiempo.
- ¡Perdónate, si has clamado por su perdón, Dios ya lo ha hecho!
HG/MD
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante” (Filipenses 3:13)