Lectura: Job 1:13-22

Recientemente, en mayo de 2022, un reportaje de la Radio Televisión Española, advierte de un supuesto retroceso: los jóvenes escriben cada vez peor, lógicamente esto no es una generalidad, pero sí se está convirtiendo en una tendencia.

Profesores consultados indicaban las siguientes evidencias: exámenes repletos de faltas de ortografía o errores de sintaxis, correos electrónicos dirigidos a docentes en los que se escribe de manera descuidada, o publicaciones en redes sociales donde las tildes o los signos de puntuación brillan por su ausencia, son algunas de las pruebas que resultan fáciles de recabar.

Atribuyen esta situación a los cambios que hemos experimentado en la sociedad, la pandemia, al modelo de comunicación que encontramos en redes sociales que es más visual, emoticones y limitaciones en texto con poca profundidad, uso de contracciones ortográficas y para empeorar las cosas, muchos no prestan atención a esto porque no lo ven importante.  Algunos han identificado a este fenómeno como: “Amnesia ortográfica”.

Algunas personas parecen tener una clase diferente de “amnesia”. Cuando enfrentan un dilema, parecen “olvidar” cuál es la manera correcta de actuar y, en su lugar, escogen la salida más fácil.

El Señor le dijo a Job que era: “un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:8). Asimismo, le permitió a Satanás que lo despojara de lo que tenía: hijos, riqueza y salud.  Y a pesar de que esto le desgarró el corazón, Job se negó a maldecir a Dios.  A pesar de todos los intentos de Satanás por hacer caer a Job, su carácter se mantuvo impecable, y se mantuvo firme en su fe (Job 1:22).

  1. ¿Estás pasando por una situación que está poniendo a prueba tu carácter? Recuerda, el carácter es lo que somos y no es posible olvidarlo, quienes lo hacen, lo hacen a propósito.
  2. No caigas en la tentación, has sido llamado para un propósito más alto, no te dejes ensuciar por las estratagemas del enemigo.

HG/MD

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28).