Lectura: Génesis 6:9-16

Las ventanas tienen dos funciones principales: una es dejar que la gente mire hacia fuera, y la otra es dejar que la luz brille hacia adentro.

Cuando Dios dio a Noé las instrucciones para crear el arca para salvar a su familia, Él la diseñó con una sola ventana en medio de toda aquella enorme estructura. Estaba dispuesta en la parte superior de la embarcación. Noé podía mirar hacia fuera sobre las aguas y hacia el cielo.

Aquí tenemos muchas lecciones espirituales. El arca es una imagen de Cristo (1 Ped. 3:20-22), que lleva su preciosa carga a través de las aguas del juicio, con destino final en los lugares celestiales plenos de seguridad y comunión divina (Efesios 2:6). A pesar de que Noé y su familia no serían tocados por las aguas de la ira de Dios, aun así pasaron por momentos de tensión y zozobra.

La oscuridad también puede rodear el creyente, pero el claro cielo azul del amor de Dios, Su calidez y la luz de Su sonrisa dan aliento al alma que simplemente mira a Dios por medio de Su Palabra.  Si acaso el Señor Jesús no regresara pronto y la muerte física llegara a nosotros, no tenemos razón para temer, nuestro paso por el profundo valle de la muerte o el golpe de las olas del mundo.

¡A través de la ventana de la Biblia, podemos mirar hacia arriba, puesta la esperanza en las brillantes realidades de la eternidad en Cristo!

  1. Alza tus ojos y pon tus ojos en Jesús.  La Palabra de Dios será la luz en tu camino.
  2. ¡Cuando el panorama este oscuro, prueba mirando hacia arriba!

HG/MD

“Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales” (Efesios 2:6)