Lectura: Génesis 2:1-3
Vivimos en un mundo orientado a la acción, ¡y así parece que simplificar nuestras vidas jamás ha sido más complicado! ¿No parece que siempre hay trabajo por hacer y nada de tiempo para descansar? Contesta las siguientes preguntas con la mayor honestidad que puedas para determinar si necesitas descansar: ¿Me siento estresado al realizar mis actividades cotidianas normales? ¿Me es difícil encontrar alegría? ¿Tengo el tipo de descanso que mi cuerpo necesita? ¿Me despierto cansado?
En la creación, Dios estableció un patrón de trabajo y descanso, el cual es un modelo para los creyentes. Por seis días Dios trabajó para traer orden a nuestro mundo. Pero en el séptimo, después de haber terminado toda Su actividad creativa, descansó. Dios demostró que el descanso es apropiado y correcto.
Jesús nos mostró la importancia del descanso cuando se sentó cansado junto a un pozo después de una larga caminata (Juan 4:6) y cuando se durmió en la parte de atrás de una barca con Su cabeza sobre una almohada (Marcos 4:38). También descansó cuando Él y Sus discípulos se alejaban de las multitudes (Marcos 6:31-32).
Si el Señor descansó de la obra de la creación y de Su ministerio terrenal, nosotros también necesitamos descansar de nuestro trabajo. Nuestros momentos de descanso nos refrescan para los momentos de servicio.
- Programa algo de tiempo para “aminorar la marcha” esta semana.
- Descansa para reiniciar tus tareas con mayor fuerza, eso también se aplica para tu vida en los ministerios de tu iglesia local.
NPD/MW