Lectura: Filipenses 3:7-16

“¡Apúrate!” “¡Estamos tarde!” “¡Eres demasiado lento!” ¿Cuán a menudo las palabras impacientes surgen en nuestro hablar, revelando nuestra vida apresurada? Si no tenemos cuidado, nos volvemos personas que viven en la vía rápida, exigiendo llegadas rápidas y resultados instantáneos. Los expertos en la tensión llaman a esto la “enfermedad del apuro.”

En Filipenses 3, el testimonio del apóstol Pablo del crecimiento de toda una vida nos recuerda que se puede alentar, pero no apurar la madurez cristiana.  En su libro, Overcomers Through the Cross (Vencedores por medio de la cruz), Paul Billheimer dice que así como Dios se toma el tiempo para hacer un roble, se toma el tiempo para hacer un santo. El crecimiento cristiano es un proceso que dura toda una vida.

Billheimer escribe, “Una manzana inmadura no esta apta para comerse, pero no por ello debemos condenarla. Todavía no esta lista para comerse porque Dios no ha terminado de hacerla. Es una fase de su carrera y esta bien en su lugar”.

¿Te sientes impaciente por tu crecimiento espiritual? Recuerda, Dios no ha terminado contigo – ni espera haberlo hecho hasta que te llame al hogar celestial. Asegúrate de que tu meta sea conocer a Cristo y llegar a ser mas como El. Luego, de manera lenta pero segura, ya sea bajo un cielo azul o de tormenta, Él te llevará hacia la madurez. Esa es Su cura segura contra la “enfermedad del apuro.”

1. ¿Sufres de la “enfermedad del apuro”?  Sabes la cura, por qué no las has tomado?

2. ¿Qué pasos activos realizas para crecer en tu vida cristiana? Si no sabes como crecer en tu vida cristiana, pide ayuda a tus líderes de iglesia local. ¿Qué esperas?  ¡Pide a Dios que te haga crecer firme y a buen paso como el roble!

NPD/JEY