Lectura: Marcos 1:29-39

¡Nadie es indispensable!  La mayoría de nosotros estamos de acuerdo fácilmente con esa afirmación, pero vivimos como si no nos la creyéramos.  Nos quejamos y decimos: “¡Simplemente no puedo hacerlo todo!”.  Pero curiosamente seguimos demostrando con nuestros hechos, que seguimos tratando de hacerlo todo.

Marcos, uno de los escritores de los Evangelios, describe como Jesús le hizo frente a las muchas demandas que había por su tiempo.  Él emprendió su ministerio, llamando y capacitando a discípulos, enseñaba, y predicaba, sanaba y liberaba,  ministraba a las personas y a las multitudes.

Pero, ¿cómo logro hacer todo esto?  Sus prioridades determinan el uso de su tiempo. Se retiraba con regularidad para obtener tiempos a solas con su Padre para el descanso y la oración.  Él estaba con su Padre cuando Sus discípulos le encontraron y le dijeron: “Todos te están buscando” (Marcos 1:37-NTV).  Pero Jesús les respondió: “Debemos seguir adelante e ir a otras ciudades, y en ellas también predicaré porque para eso he venido.” (v.38).

Cada vez que Jesús volvió su rostro hacia una responsabilidad, tuvo que darle la espalda a las otras, tal como nosotros debemos hacerlo.  En lugar de dejar que la presión de las necesidades no satisfechas determinara Su dirección,  Él respondió de acuerdo al propósito de Dios.  Él estaba totalmente conectado todos los días a través de los tiempos a solas con Su Padre y así también debemos hacerlo nosotros.

Alinea tus prioridades con las del Señor, y no te sentirás frustrado cuando comprendas que no puedes hacerlo todo.

1. En Lucas 10: 38-42, ¿qué aprendemos acerca de cómo establecer prioridades? ¿Cómo Jesús se preparó para las rigurosas exigencias sobre su tiempo? (Marcos 01:35; 06:46; Lucas 6:12; 9:28).

2. Cuando no sepas lo que debes hacer, dale el primer lugar al Señor.

NPD/JY