Lectura: Lucas 2:8-20

Los cristianos están divididos en su pensamiento acerca de la Navidad. Algunos quieren renunciar a ella y se oponen al mercantilismo de los grandes almacenes. Otros quieren salvarla y la utilizan para decir algo importante sobre el nacimiento de Jesús a un mundo secular cansado de las constantes fiestas. Por mi parte, a me gustaría aprovechar mi lugar en el segundo grupo.

Hace años un viejo pionero viajó hacia el oeste a través de las grandes llanuras, hasta que llegó a un obstáculo insalvable al encontrarse al borde del Gran Cañón. Se quedó boquiabierto al ver delante de él – un vasto abismo de más de kilómetro y medio de profundidad, a casi 29 kilómetros de largo, el cual se extendía fuera de su vista.  Se quedó sin aliento.  “¡Y se decía a sí mismo, algo debe haber pasado aquí!”

Al llegar la temporada de Navidad, posiblemente algunas personas se detengan y empiecen a mirar y escuchar haciéndose algunas preguntas acerca de todo el ajetreo y el ruido se asocian con esta época.  Este hombre o mujer reflexivos, al ver las luces, los adornos, las fiestas y los servicios religiosos también podrían concluir: “¡Algo debe haber pasado aquí!»

Por supuesto, algo sucedió. Tenemos que decirle al mundo sobre Él. Dios ha visitado nuestro planeta.  Su Hijo Jesucristo vino a revelarlos a Dios y morir por nuestros pecados (Juan 1:1-14).

1. Es la mejor noticia. Dios se ha hecho uno de nosotros, para venir a ser el sacrificio perfecto por nuestros pecados, para que así de esta forma, si aceptamos Su regalo, podamos vivir con Él para siempre.

2. Dios vino a vivir con nosotros, para que vivamos con Él.

FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS LECTORES DE MI DEVOCIONAL ¡DIOS LES LLENE DE BENDICIONES !!!

NPD/HWR