Lectura: Jonás 2:1-10

Jonás debió haber estado muy incómodo en el estómago del pez.  Sin embargo, hay muchas personas en este mundo oscuro y asfixiante, que parecen pensar que el lugar en el que se encuentran es un muy buen lugar para estar. Ellos creen que el mundo sólo necesita unas pocas mejoras sociales y políticas. Y también sostienen que las propias personas poseen la capacidad de hacer todos los cambios necesarios, sin embargo este es tan sólo un discurso simplista y humanista.

Sin embargo, esto no es lo que nos dice la Palabra de Dios, leamos: “el mundo que nos rodea está controlado por el maligno.» (1 Jn. 5:19 NTV).  Ciertamente, el testimonio de Jesús con respecto al Espíritu Santo es verdadero, cuando dice: “y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene” (Juan 16:8 NTV). La misión principal de la iglesia, no es introducir cambios sociales y políticos en el mundo, sino la proclamar la salvación como única salida para la humanidad.

Jonás no era un tonto y nunca le pasó por su cabeza pedirle a Dios le hiciera su poco más cómoda su estadía en el vientre del pez, lo que él hizo fue procurar que Dios le liberara de la situación incómoda en la que se encontraba. Él clamó al Señor, y el Señor le oyó.

No hemos de buscar la perfección en este mundo, sino que debemos esperar con impaciencia el momento en que Cristo vuelva para recrear el mundo y traer Su justicia perdurable.

1. Debemos recordar que la Biblia nos dice en: Hebreos 11:13; 1 Pedro 2:11 y 2 Corintios 5:20; que somos extraños viviendo en un país extranjero, nuestra casa está muy lejos; somos embajadores del reino más allá del mar; estamos aquí por negocios por nuestro Rey y Señor.

2. Nuestro negocio principal en este mundo es a acumular tesoros en el cielo.

NPD/MDH