Lectura: Salmo 37:1-8
En estos días es muy normal que las personas traten de realizar actividades que generan gozo, gratitud, amor y otros sentimientos positivos.
No obstante, sabemos que no basta con tener un deseo generalizado de sentirnos bien, sino que también necesitamos una fuerte convicción de que existe una fuente de gozo, paz y amor de la cual podemos depender.
En el Salmo 37:1-8 se nos presentan acciones positivas que podemos tomar como un antídoto para el pesimismo y el desánimo. Considera estos reforzadores del ánimo: confiar en el Señor, hacer bien, alimentarse de la fidelidad (v. 3); deleitarse en el Señor (v. 4); encomendar tus caminos al Señor y confiar en Él (v. 5); descansar en el Señor, esperar pacientemente en Él, no afanarse (v. 7); dejar el enojo, abandonar la ira (v. 8).
Debido a que estas directrices están vinculadas a la frase “en el Señor”, son más que expresiones de deseo o sugerencias utópicas. Sólo se vuelven posibles por causa de Jesús y la fortaleza que Él nos da.
- Nuestra única fuente verdadera de optimismo es la redención que hay en Cristo.
- ¡Jesús es la razón de nuestra esperanza!
HG/MD
“Deléitate en el Señor y él te concederá los anhelos de tu corazón” (Salmos 37:4).
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