Lectura: Juan 16:7-15
Imagínese despertar una mañana, y al entrar en su sala de estar, se encuentra con un hombre enorme que nunca había visto antes durmiendo en el sofá. Eso es lo que le sucedió a una familia. De hecho, fue la esposa quien descubrió a este “Elefante” (un hombre muy grande vestido con un traje) dormido.
“No te alarmes demasiado” le dijo a su marido luego de que ella iba de camino de regreso a la habitación «, pero hay un gran hombre durmiendo en nuestra sala de estar, vestido de elefante.»
Llamaron a la policía y sacudieron al hombre de su letargo. Para sorpresa de todos, se descubrió que una vez que él había vivido en esta casa, y debido a estaba borracho, pensó que había llegado a casa.
Hacia dónde vamos y lo que hacemos, dependerá de lo que permitimos que nos influya. Ese intruso optó por estar bajo el control del alcohol, lo cual le engañó y le hizo hacer algo que normalmente no haría.
Antes de que Jesús regresara al cielo, prometió enviar al Espíritu Santo para fuera nuestro ayudador y que nos guara a toda verdad (Juan 16:7,13). El Espíritu hace su obra en nuestras vidas a medida que leemos la Palabra de Dios y obedecemos lo que hemos aprendido.
Podemos estar seguros de que en la medida que le permitamos que controle nuestras vidas, Él nunca nos llevará por mal camino.
- ¡El Espíritu Santo es la mejor influencia!
- El espíritu humano fallará, a menos que el Espíritu Santo lo llene.
HG/MD
“Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que oiga y les hará saber las cosas que han de venir” (Juan 16:13).