Lectura: Salmos 23:1-6
Cuando David escribió las palabras: “Confortará mi alma” en el Salmo 23:3, utilizó la palabra hebrea: “yə·šō·w·ḇêḇ”, la cual es un verbo que implica la acción de “restaurar”; al hacer esto David mostró una excelente escogencia de un lenguaje que cualquier pastor de su época entendería, pero quizás nosotros no. La anatomía de la oveja es muy particular, cuando alguna cae sobre uno de sus costados o sobre el lomo (patas arriba) por alguna circunstancia, se le hace muy difícil levantarse otra vez. En esta posición, agita las patas en el aire, gime y llora. Si pasa unas cuantas horas sobre su lomo empieza a acumularse aire en su estómago, el estómago se le endurece, lo cual corta el paso del aire, y la oveja se ahoga.
Para restaurar una oveja derribada se necesita tiempo. Lo primero que hace el pastor es darle masaje a las cuatro patas para restaurar la circulación. Luego, mientras hace esto trata de tranquilizarla con su voz, la voltea suavemente, le coloca la mano debajo de la barriga, la levanta, y la sostiene hasta que la oveja recobra el equilibrio. Cuando el pastor cree que la oveja puede pararse sola, la deja ir y la observa dar unos cuantos pasos vacilantes. Para este momento el pastor ha restaurado a una oveja derribada.
¡Qué imagen más extraordinaria de lo que Dios hace por nosotros! Cuando caemos de espaldas, agitando las extremidades por causa de la culpa, la aflicción y los resentimientos, nuestro amante Pastor Celestial nos tranquiliza con sus palabras. Con sus tiernas manos nos levanta y nos carga hasta que hayamos recuperado el equilibrio espiritual. ¡Gracias Señor!
- Jesús desea restaurar tu alma. Déjale quitar tu culpa, aliviar tu aflicción y reemplazar tus resentimientos, para que te llene de su paz.
- Si te encuentras “derribado” por alguna razón, Él es el único que te puede ayudar a levantarte de nuevo. Pon en Él tu confianza, así te restaurará y confortará tu alma.
HG/MD
“Confortará mi alma y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salmos 23:3).