Lectura: Lucas 19:1-10
En el mes de febrero de 1952, el barco cisterna Pendleton, definitivamente sucumbió ante el mar embravecido frente a la costa de Massachusetts. El barco se había partido, y su tripulación compuesta por 41 hombres, estaba en peligro de muerte debido a los fuertes vientos y las violentas olas.
Cuando la noticia llegó a la Guardia Costera, el valiente contramaestre Bernie Webber junto con tres marineros más, decidieron salir al rescate de estos hombres, exponiendo con ello sus propias vidas; finalmente, lograron rescatar a 32 marineros. Su valor ha sido recordado por muchos años e incluso se filmó una película llamada “La hora decisiva”.
En nuestra lectura devocional estudiamos la mayor misión de rescate de todos los tiempos: “Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). La cruz y la resurrección de nuestro Señor son la máxima expresión de un rescate, Jesús cargó sobre sí todos los pecados de la humanidad, así es, los tuyos y míos, reconciliando así al Padre con todos aquellos que creen en este sacrificio sustitutivo, y rescatándolos de una muerte eterna segura.
- Como creyentes en Jesús, todos tenemos el privilegio de formar parte de la mayor misión de rescate.
- Hoy también puede ser el día de tu rescate, pon tu fe en Jesús, reconoce tu pecado y confía en la suficiencia del sacrificio de Jesús por tu vida; si lo haces te espera la vida eterna.
HG/MD
“Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).