Lectura: Efesios 6:1-4
Benjamin West sólo estaba tratando de ser un buen niñero para su pequeña hermana Sally-. Mientras su madre estaba fuera, Benjamin encontró algunas botellas de tinta de color y se puso a pintar un retrato de Sally. En el momento que la señora West regresó, se encontró manchas de tinta en la mesa, las sillas y el suelo. La madre de Benjamin observó el desorden sin decir una palabra hasta que vio el retrato. Lo recogió y exclamó: «¡Pero si es a Sally!» Ella se inclinó y besó a su pequeño hijo.
En 1763, cuando tenía 25 años, Benjamin West fue elegido como pintor histórico del Rey Jorge III de Inglaterra. Convirtiéndose en uno de los artistas más célebres de su época. Al comentar sobre su carrera como artista, dijo: » un beso de mi madre me hizo pintor.” Su aliento hizo mucho más, de lo que un reproche pudo haber hecho.
El apóstol Pablo instruyó a los padres: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6:04).
Es fácil darse cuenta de los errores en un niño, pero es difícil ver más allá de inocente ofensa, pudiendo detectar un acto de creatividad y de amor. ¡Es un desafío el criar a nuestros hijos de acuerdo con las normas de Dios, saber cuándo hay que decir: “Es un desastre”, y cuándo decir “¡Vaya, esa es Sally!»
1. Señor, danos la sabiduría para ofrecer el ambiente adecuado para guiar a nuestros hijos en Sus caminos, para que ellos sean capaces de ven y oír tu Palabra.
2. La corrección hace mucho, pero el estímulo aún más.
DCM/NPD