Esa es la pregunta que muchas personas se hacen y la verdad es que no podemos entender la Escritura, sin orar a Dios para que Él ilumine nuestra mente y podamos comprender Su Palabra, además más de estudiarla con diligencia y seriedad.

“Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras… Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto” (Lucas 24:45,49)

Es el Espíritu Santo, es quien nos guía a investigar, y repasar todo lo que hemos estudiado. Los discípulos de Cristo, habían escuchado de labios de su Maestro, varias veces, que Él iba a morir y resucitar al tercer día, pero ellos no comprendieron, todo esto. El Señor mismo les abrió el entendimiento para comprender la Escritura.

El Señor fue crucificado, minutos antes un ladrón creyó en Él, y el Señor le prometió el Paraíso, un jardín de delicia para el creyente; luego fue sepultado y resucitó de entre los muertos; en el camino a Emaús, les explicó las Escrituras.  Luego se aparece a sus discípulos con un cuerpo glorificado y les promete que recibirán el poder de lo alto, el Espíritu Santo para entender las Escrituras y tendrían la responsabilidad de la evangelización y obra misionera en el mundo.

El Señor ascendió al cielo; pero continúa su obra por medio del Espíritu Santo; para educar en la sana doctrina y discipulado al creyente, y para ser  útil a la comunidad. El Evangelio nos ayuda a servir al prójimo y administrar la naturaleza; a unir y sustentar la familia y a la nación.

Un par de consejos antes de terminar:

1.  Lee Hechos 17:10-12 e imita la actitud de los bereanos.  Recuerda no hay iglesia perfecta. Existen personas perfectibles, que se congregan, comenten errores y que la mayoría del tiempo aprenden de ellos.

2. Así que ora, busca, encuentra y aplica a tu vida.  Te recomendamos el uso del método inductivo que describimos en el siguiente enlace de nuestra página: https://midevocional.org/?page_id=845