Lectura: Juan 1:19-28
Jesús sale de su prueba en el desierto en el poder del Espíritu Santo y regresa a Betania, donde Juan ha estado bautizando. Mientras Jesús estuvo en el desierto los últimos 40 días, Juan ha cambiado ligeramente su mensaje. Esto ha causado gran convulsión en Jerusalén, Juan predica un mensaje familiar de arrepentimiento (Lucas 1:17). Él llama a poner en orden la casa para la venida del Mesías. Él los ha estado llamando a arrepentirse de sus pecados y a que muestren fruto. Estoy seguro que los líderes religiosos no tenían problema con este mensaje, de hecho, probablemente llevaba a muchas personas a los alrededores de las sinagogas para ofrecer más sacrificios en Jerusalén.
Lo que cambió luego del bautismo de Jesús, es que Juan comenzó a decirles a las personas que el Mesías (que es el Cristo) había llegado. Lo hizo muy claro para todos, Juan, no era el Cristo. “No se negó a declararlo, sino que confesó con franqueza: —Yo no soy el Cristo.” Cuando las palabras de Juan que “el Mesías ha llegado” arribaron a Jerusalén, los líderes religiosos enviaron un equipo de sacerdotes y levitas. Los enviaron para que vieran lo que Juan predicaba y enseñaba.
Cuando llegó el equipo de “líderes espirituales” de Jerusalén, empezaron a preguntarle a Juan: “¿Quién eres entonces? —le preguntaron—. ¿Acaso eres Elías?”. Juan respondió “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Juan respondió “No”. La razón por la cual le preguntaron esto a Juan, fue porque las personas religiosas en los días de Jesús buscaban dos señales del Antiguo Testamento para la venida del Mesías. Una señal era la promesa hecha por Dios en Malaquías 4:5 de enviar a Elías antes de la venida del Mesías (también observa Mateo 17:10). La otra señal está en Deuteronomio 18:15, donde Dios promete que va a levantar “un profeta”. Una persona que sería como Moisés y llevaría a las personas fuera de la esclavitud (también observa Hechos 3:22, 7:37).
En ese momento Jesús está en pie en medio de la multitud. Nuestra pista está en Juan 1:26 cuando Juan el bautista declara: “Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias”. Ahora Juan sabe que Jesús es el Mesías, pero no quiere identificarlo frente a este equipo hostil de Jerusalén. Así que simplemente dice “entre ustedes hay alguien a quien no conocen”.
SL/ME
- Pasa unos minutos hoy meditando en Jesús siendo “alguien”.
- Ahora Jesús quiere ser más que «simplemente alguien en la multitud”, en nuestras vidas, Él desea parte integral de la aventura que llamamos vida.
Jesús: El Profeta. “¿Eres el profeta?” –Juan 1:21
Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.