Lectura: Jeremías 6:13-20

Quizás has escuchado la frase: “Todo tiempo pasado fue mejor”. Es muy tentador quedar sujeto a los recuerdos de “los buenos tiempos pasados” en lugar de usar nuestras experiencias para encontrar el camino que está por delante. Todos somos susceptibles a los efectos paralizantes de la nostalgia o el anhelo de algo que ya no está, lo cual puede ser muy peligroso y engañoso.

Dios llamó a Jeremías para que fuera “profeta a las naciones” (Jeremías 1:5); él era sacerdote en un pequeño pueblo cercano a Jerusalén, y se le encomendó la difícil tarea de pronunciar, en primer lugar, juicio contra el pueblo de Judá, el cual se había alejado del Señor. El profeta dejó bien claro que estaba entregando el mensaje de Dios y no el suyo (7:1-2).

El Señor dijo muy claramente: “Deténganse en los caminos y miren. Pregunten por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y anden en él; y hallarán descanso para sus almas” (Jeremías 6:16). Dios le dijo a su pueblo que podían mirar hacia atrás, pero con el objetivo de avanzar. El propósito de considerar los senderos antiguos era encontrar “el buen camino” señalado por la fidelidad de Dios, su perdón y su llamado a seguir adelante.

  1. El Señor por supuesto usará nuestro pasado para enseñarnos cuál es el mejor camino: el que recorremos con Él.
  2. Que las experiencias, problemas y enseñanzas nos inspiren a dar siempre lo mejor de nosotros en el presente.

HG/MD

“Estas cosas les acontecieron como ejemplos y están escritas para nuestra instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:11-12).