Lectura: Juan 3:1-21

La nieta conocía a su abuelo bastante bien.  Sabía que él había asistido a la iglesia toda su vida y que era un hombre muy bueno.  Se alegraba de que hubiese vivido una vida admirable y respetable.  No obstante, la nieta, sabía que esas cosas no podían darle vida eterna.  Un día, mientras ella y su abuelo de 83 años iban en el auto, esta estudiante de escuela primaria le preguntó: “¿Abuelo, has nacido de nuevo?”

Lo que la nieta ignoraba es que la antigua secretaria de su abuelo le había estado testificando.  Eso hizo que la pregunta de su nieta, le diese al abuelo una razón más para considerar su condición espiritual.

Poco después de la pregunta de su nieta, su abuelo y abuela escucharon un programa a través de la radio y oraron para aceptar a Jesús como Salvador. Una semana más tarde, el abuelo murió y pasó a una comunión eterna con Dios.

¿Te ha hecho alguien alguna vez la pregunta de aquella nieta?  Si no permíteme hacértela: ¿has nacido de nuevo?  Todos nosotros estamos muertos en nuestros pecados, hasta que recibimos vida espiritual por medio de la fe en Cristo.

Jesús es el único camino a la vida eterna con Dios.  Todas las otras rutas que tomes son callejones sin salida.  Aparta un tiempo hoy mismo para que consideres la pregunta de aquella nieta.

  1. La única manera de vivir para siempre es nacer de nuevo. (Juan 3:1-16)
  1. Y tú, “¿Has nacido de nuevo?”

NPD/JDB