Lectura: Deuteronomio 30:11-20

Hace unos días leí un artículo en línea que trataba de las “garantías” y “descargos” que acompañan a los contratos de productos y servicios; en algunos casos se los presentan al consumidor de una forma casi ilegible, utilizando letras intencionalmente pequeñas, haciendo poco entendibles esas condiciones.

Por esta razón es que muchas personas no leen las cláusulas de los contratos antes de firmarlos. El artículo expone un ejemplo de un contrato de 32 páginas más anexos, que venía con un teléfono inteligente; por supuesto este exceso de documentación puede resultar en que el comprador, con el fin de obtener su producto, no lea las condiciones que acompañan la compra.

Por otra parte, de forma contrastante y muy diferente, el Señor siempre busca comunicarse con sus hijos de forma clara y convincente sin intentar confundir, no existen letras pequeñas o cláusulas engañosas.

Justo antes de entrar en la tierra prometida, Moisés les declaró a los israelitas: “Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil para ti ni está lejos… he puesto delante de ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes” (Deuteronomio 30:11, 19).

  1. Dios quiere que entendamos claramente su plan y propósito para este tiempo, con el fin de que lo amemos, obedezcamos y nos aferremos a Él.
  2. Para entender la Palabra de Dios es imprescindible que hables con Él cada día, lee y estudia la Biblia con otros y comparte lo que diariamente descubres.

HG/MD

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia” (2 Timoteo 3:16).