Plan de Lectura: Isaías 40 – 42.
Cuando oímos la palabra ídolo pensamos en una estatua de una persona o animal que es el objeto de adoración. Por ejemplo, pensamos en el becerro de oro después de salir de Egipto (Ex. 32:1-6). Sabemos que Dios aborrece esas imágenes, pero, ¿es posible que adoremos ídolos sin saberlo?
Leí acerca de una mujer que mantenía su auto como si estuviese todavía en un salón de exhibición. Una noche, su garaje se prendió en fuego, y los vecinos tuvieron que impedirle que corriese hacia las llamas para rescatar el auto. Cuando éste explotó, se dio cuenta de que por poco sacrifica su vida por el auto. Se había convertido en un ídolo.
Una forma de idolatría más sutil es confiar en las actividades de la iglesia para mantener la reputación de ser espirituales. Consideremos también al hombre que sigue añadiendo “un artefacto más” a una casa que ya está sobre equipada.
Un ídolo es cualquier cosa que sea Dios que se convierta en el foco principal de nuestra vida.
En nuestra lectura esta parte del libro de Isaías es considerada como la parte con mayor énfasis en lo mesiánico. Un tema repetitivo es “el Siervo del Señor”, «el Mesías», o sea, «el Ungido», traducido al griego. Un dato curioso es que hay 39 capítulos en la primera sección y 27 en la segunda, dando un total de 66, exactamente como está dividida nuestra Biblia.
1. Las primeras palabras son buenas noticias de consuelo. Así como empiezan los Evangelios, esta sección de Isaías comienza con un mensajero. ¿Quién era? (Mateo 3:3) ¿Cuál era su mensaje? ¿Qué piensas que significa?
2. ¿Por qué no tiene sentido el adorar a la “madre naturaleza” (o sea a la Tierra)? La materia (v. 12), la mente (v. 13, 14) y los seres vivientes (vv. 15–17) son colocados en su lugar por el Creador. ¿Qué hace nuestro Dios que no pueden hacer los ídolos? Una conclusión equivocada al leer estos capítulos podría ser que Él es demasiado grande para interesarse en los seres humanos; cuando lo correcto sería inferir que es demasiado grande para fracasar: No hay ningún punto a favor de que las cosas o los seres “lo superen”. ¿Qué piensas al leer estas palabras con respecto a nuestro Dios?
3. ¿Por qué no debemos tener miedo de nada? ¿Cómo desafía Dios a los dioses (adivinos del ocultismo) a probar que son «dioses»? Es curioso darse cuenta que la Biblia es el único libro de carácter religioso que se atreve a hacer esto que Dios dice que los ídolos no hacen.
4. ¿Cuáles son las características del Siervo de Dios, el Mesías? ¿Qué implicaciones tiene la declaración de Dios al decir que no dará su gloria a esculturas? Qué triste es leer las últimas palabras de Isaías 42, Israel no aprendió de las fuertes lecciones que le fueron aplicadas. ¿Acaso nosotros sí aprenderemos?