Lectura: Hebreos 11:17-31
El Señor hace que sus héroes sean gente muy poco probable. Una de esas personas es Angie Garber. Ella nació con una deformidad facial grave. La cirugía para corregir su apariencia la dejó sorda de un oído.
En su adolescencia, Angie contrajo polio. Ella sobrevivió, pero después de meses de terapia agónica y ejercitar su pierna izquierda y el brazo, aun se mantuvieron débitados. Durante este difícil momento su madre se enfermó. Angie y una de sus hermanas fueron atendidos por su madre hasta que murió.
Su hermano George, que había hecho más por animar a Angie que cualquier otra persona, murió en un accidente. Luego la pérdida de cosechas las obligó a vender la granja familiar.
Pero a pesar de todo, Angie siguió orando para que algún día pudiera servir al Señor como misionera y maestra. Dios honró su deseo, y unos 5 años después de la muerte de su madre, Angie comenzó con el trabajo de su vida como profesora en la Misión de Navajo. Ella se convirtió en una obrera cristiana tan eficaz que se han escrito varios libros sobre ella. Hoy su cara feliz refleja su alegría interior. Angie enfrenta obstáculos increíbles en su camino de fe. Sin embargo, al igual que los héroes de la fe enumerados en Hebreos 11, ella continuó a confiando en Dios.
1. Si estás desanimado y sientes que te darás por vencido, recuerda, Dios hace héroes espirituales de la gente inverosímil.
2. El sufrimiento puede preparar a los cristianos corrientes para el servicio extraordinario.
NPD/HVL