Lectura: Eclesiastés 9:13-18
A muchas personas nos gustan las compras, ya sea en línea o en lugares físicos; hay opciones para todos los gustos, a algunos les gusta comprar ropa, a otros implementos deportivos, tecnología, en fin, cualquier cosa que nos guste tener o poseer.
Para bienestar de nuestro bolsillo, también existen personas, ya sean familiares o amigos, que nos recuerdan que debemos pensarlo dos veces o más, antes de comprar algún bien, pues en la mayoría de los casos se trata de cosas que no necesitamos en realidad.
Ciertamente, las advertencias de un amigo pueden reflejar la sabiduría divina. Eclesiastés 9 nos recuerda que “Las palabras del sabio, oídas con sosiego, son mejores que el grito del que gobierna entre los necios.” (Eclesiastés 9:17).
La Biblia nos llama a no ser sabios en nuestra propia opinión, ni soberbios (Proverbios 3:7; Isaías 5:21; Romanos 12:16). Dicho en palabras muy sencillas: ¡no debemos creer que tenemos todas las respuestas!
En Proverbios 19:20 se nos reafirma este concepto al decirnos: “Escucha el consejo y acepta
la corrección para que seas sabio en tu porvenir”. Así que Dios puede utilizar a otros para enseñarnos más de su sabiduría, se puede tratar de un amigo, un cónyuge, un ministro o un compañero de trabajo o de estudio.
- Escucha a los demás con atención, si lo que dicen se alinea con los principios que están en las sagradas escrituras, aprende de su ejemplo.
- Seamos humildes, la realidad es que no sabemos todo.
HG/MD
“En el corazón del hombre entendido reposa la sabiduría, pero no es conocida en medio de los necios.” Proverbios 14:33).
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