Lectura: Hechos 16:16-31
Los avances en la tecnología han permitido determinar el número aproximado de horas luz en diversas regiones del mundo, lo cual unido a otros factores socioculturales ha posibilitado crear un indicador llamado: “Índice de Lobreguez”, que como ya hemos visto está ligado a la cantidad de tiempo que pasa nublado en invierno en las diferentes regiones, unido a situaciones que pueden afectar el ánimo de las personas.
Según los últimos estudios, el Trastorno Afectivo de Temporada (SAD – tristeza), por sus siglas en inglés, está muy relacionado con este índice. Lo que dice la teoría es que las personas que son sensibles a los cambios, entre ellos los del tiempo, experimentan melancolía inducida por la falta de luz.
Teniendo esto presente, recuerda lo que acabamos de leer en nuestra lectura devocional, que nos muestra lo que Pablo y Silas soportaron cuando fueron encarcelados en Filipos. Por supuesto, esto bastaría para arruinar aun el día más soleado. Imagina el dolor de Pablo y Silas al ver como unos inescrupulosos usan a una mujer poseída por un demonio, convertida en un objeto para llevar dinero a sus bolsillos (Hechos 16:16-17). Piensa en el dolor de confrontar a una multitud airada por un hecho que debería haberlos avergonzado, y a jueces furiosos por una situación tan terrible (Hechos 16:22). Para agravarlo más, soportaron azotes y fueron encarcelados y atados a un cepo (Hechos 16:23-24) por haber liberado a aquella mujer, doblemente humillada primeramente por el demonio que la poseía y también por aquellos malvados quienes la veían tan solo como un objeto y que usaban su nefasta condición.
No obstante, Pablo y Silas estaban muy por encima de toda aquella situación, y lo mostraron adorando con todo su corazón y voces a nuestro Señor aun en medio del dolor, siendo testimonio para los otros presos que los acompañaban (Hechos 16:25). Pero, ¿cuál era su secreto? Estaban llenos del Espíritu Santo y tenían una misión. Estaban totalmente comprometidos con su obediencia a Dios y con su llamado de compartir el evangelio con todos aquellos que se cruzaran en su camino, incluida aquella mujer endemoniada.
- De la misma forma que lo hicieron Pablo y Silas, puedes estar por encima de las circunstancias y los cielos oscuros que seguramente vendrán a tu vida. Nuestro Señor te llama a ser valiente y no depender de tu fuerza sino de la confianza en que Dios sabe lo que es mejor
- Jesús puede iluminar aun el día más oscuro.
HG/MD
“Como a la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los presos les escuchaban” (Hechos 16:25)