Lectura: Hechos 20:17-25

Cuando éramos niños, seguramente oímos la siguiente frase: “Regresa a casa antes de que oscurezca”.  En el pasado las personas trataban de llegar a un pueblo con luz, en lugar de que los encontrara la soledad oscura en los antiguos caminos.  Poder llegar a casa antes de que oscureciera y llegar a la seguridad del pueblo iluminado, constituía un éxito.

Robert C. McQuilkin (1927-2016), presidente por muchos años de Columbia International University, expresó ese sentimiento al decir las siguientes palabras: “Señor permíteme llegar a casa antes de que oscurezca”, explicó esta frase de la siguiente manera: “Temo no terminar bien, temo manchar tu honor, avergonzar tu nombre, afligir tu corazón, pues dicen que pocos acaban bien”.

Las palabras de McQuilkin, son muy similares a las que usó el apóstol Pablo al enfrentar el peligro que le esperaba al llegar a Jerusalén: “Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).

Es la gracia de Dios la que nos anima a continuar nuestro camino por fe, pues en ella encontramos la fortaleza que necesitamos, así que sigamos caminando y confiando en nuestro Señor.

  1. Señor, ayúdanos a llegar a casa antes de que oscurezca.
  2. La carrera de la vida se corre con fe y se vive por gracia.

HG/MD

“Y ahora, hermanos, les encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, a aquel que tiene poder para edificar y para dar herencia entre todos los santificados” (Hechos 20:32)