Lectura: Salmos 35 – 38.
El humanismo secular postula la idealista bondad intrínseca del hombre. La evolución y la perfectibilidad humana llevan al noble salvaje a terminar siendo “como Dios”, cree que la humanidad está mejorando y que tenemos esperanza de un mundo de “paz y amor”. La realidad es otra. La serpiente que engañó a Eva se reencarna nuevamente en enseñanzas religiosas de nuestra “Nueva era”. Y así, a lo largo de la historia del hombre, idealistas y religiosos han presentado sus soluciones para el problema del hombre. David admitió esa realidad y se atrevió a luchar contra ella con armas espirituales.
1. Salmo 35. ¿Qué se nos recomienda hacer cuando se nos hace el mal? ¿A pesar de los problemas, qué debemos hacer siempre?
2. Salmo 36. ¿Cómo se nos describe a los malos? ¿Cómo nos salva Dios de ellos?
3. Salmo 37. Parece una exhortación a un hijo, pero también puede ser para su propia alma tentada por el mal. ¿Cuáles son las tentaciones para enfrentar y vencer? ¿Cómo se nos llama a vivir en un mundo perdido?
4. Salmo 38. Todos caemos en pecado a menudo. ¿Cómo se sentía David en esos momentos? ¿Cómo te sientes cuando caes de nuevo en pecado? ¿Por qué crees que nunca recordamos estos malos ratos antes de pecar? ¿Qué hacía David para salir de esos momentos?