Lectura: Salmos 32 

El cabello de algunas personas tiene voluntad propia.  Sabe dónde quiere ir y resiste obstinadamente todo intento de dirigirlo en cualquier otra dirección.  Otras personas tienen el cabello muy manejable.  Con gusto se amolda a donde el estilista quiere.  Sabe quién es el jefe y recibe de buena gana toda la ayuda que le quieran dar.  Con esa ayuda, los resultados pueden ser sorprendentes.

Las personas también pueden ser voluntariosas.  El Salmo 32 dice que a veces podemos ser como el caballo o el mulo, que no tienen entendimiento (Salmos 32:9).  Dios sabe que necesitamos toda la ayuda posible, por lo que anhela que le demos el control de nuestras vidas.  Nos quiere instruir en el camino en que debemos andar y guiarnos vigilantemente (Salmos 32:8).

Los que se someten a los propósitos de Dios no son débiles de carácter.  Puesto que han hecho suya la voluntad de Dios, esa voluntad es la más firme que pueda existir.  Al cambiar su agenda por la de Dios, sus vidas producen resultados impresionantes que glorifican a Dios.

¿Cuál agenda sigues tú, la tuya o la de Dios?  David el escritor de Salmo que leímos hoy, conocía la inutilidad de vivir para sí mismo (Salmos 32:3-5).  A medida que te sometas a la dirección de Dios, comprobarás con tu propia experiencia lo que David concluyó que era verdad en la suya propia: la misericordia de Dios rodea a la persona que se rinde a Él (Salmos 32:10).

  1. Para que tu vida sea significativa, entrégasela a Dios.
  1. ¿Cuál agenda sigues tú, la tuya o la de Dios?

NPD/JEY