Plan de Lectura: Salmos 145, 146 & Proverbios 21.

Podemos imaginarnos cuán ocupada puede ser la agenda de un presidente, llena de compromisos, se cuenta la historia del presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, que una anciana que no tenía nada oficial por lo cual verlo le pidió una cita y Lincoln accedió amablemente a verla.

Cuando la anciana entró en su oficina, el presidente se puso de pie para saludarla y preguntarle en qué podía servirle.  Ella le contestó que había venido a pedirle ningún favor.  Simplemente había oído decir que al presidente le gustaban cierto tipo de galletas y ella había preparado algunas para llevárselas a su oficina.

Con lágrimas en los ojos Lincoln respondió: “Es usted la primera persona no ha venido a mi oficina a pedir, ni a esperar nada, sino más bien a traerme un regalo, se lo agradezco de todo corazón”.

Cuando oremos y entremos en la presencia de Dios, de vez en cuando abstengámonos de darle una lista de peticiones.  En lugar de ellos llevémosle simplemente el regalo de nuestra gratitud y amor.  Podemos decir a ciencia cierta que no nada que le agrade más a nuestro Padre Celestial el oír de nuestro sincero agradecimiento.

El libro de los Salmos inicia con “Bienaventurado el hombre” (Sal.1:1); y terminan con un equivalente sostenido, en cinco partes, de “Bienaventurado sea el Señor.”  Los últimos salmos son «una escuela de alabanza».  Aquí podemos aprender a adorar a Dios con toda el alma, la mente, las emociones y la voluntad.

1.  Salmo 145.  Este salmo es un acróstico alfabético.  Este es considerado por algunos como el cántico de alabanza más bello del Salterio, porque exalta extraordinariamente a Dios.  ¿Qué es exaltar a Dios?  ¿Por qué es tan digno de alabanza nuestro Dios? ¿Cuál debería ser el efecto práctico de este conocimiento en nuestro andar diario?

2.  Salmo 146.  ¿Quién es la persona realmente bienaventurada (feliz)? ¿Por qué?  Este salmo parece ser un anuncio para el ministerio de Jesucristo.  ¿En qué se asemeja a Jesús lo que el salmista dice que hace el Señor Dios?  ¡Un Dios siempre presente merece ser alabado!

3.  Proverbios 21.  La codicia es un tema recurrente en estos versos, mostrado especialmente en el deseo de ser rico, lo cual puede buscarse en maneras que son malas o buenas, sabias o necias. ¿Cuáles serían los principios opuestos al estilo de vida mundano de nuestros días?  ¿Por qué crees que Dios nos llama a ser “diferentes” del sistema?