Lectura: Deuteronomio 30:15-20

Habrás oído el tristemente célebre nombre de John Wilkes Booth. Él asesinó al Presidente Abraham Lincoln en 1865. Pero, ¿has oído acerca de Edwin Booth, el hermano mayor de John?  Edwin, un actor famoso, estaba esperando en una estación de tren en Jersey City cuando vio a alguien resbalar y caerse de la plataforma.  Rápidamente, Edwin cogió el cuello de la camisa del hombre y lo jaló salvándolo – y rescatándolo de alguna herida grave o de la muerte. ¿Quién era el hombre que salvó? El hijo de Abraham Lincoln, Robert, quien era un soldado en la Guerra Civil.

Qué ironía que el hombre que salvó al hijo de Lincoln tuviera un hermano que pronto mataría al presidente. Uno salvó una vida; el otro quitó una vida. Uno eligió la vida; el otro eligió la muerte.

El Señor le dio a Su pueblo una elección entre la vida y la muerte: Podía amarlo y obedecer Sus mandamientos (Deuteronomio 30:16), o podía adorar y servir a otros dioses (v. 17). Le dijo, “He puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida” (v.19).

Nosotros también tenemos una elección entre la vida y la muerte. Podemos recibir a Jesús como nuestro Salvador y vivir con Él para siempre, o podemos rechazar a Jesús y estar en tinieblas para siempre sin Él. La mejor elección es clara. Recibe el regalo de Dios de Su Hijo Jesús. ¡Escoge la vida!

  1. ¿Todavía no has hecho la decisión de la vida?  Es muy sencilla y las implicaciones son eternas, te explicamos:

El ABC de la Salvación

A. Reconoce que no puedes hacer nada para salvarte, que las buenas obras no son suficientes pues tu deuda con Dios es inmensa, por lo tanto no tienes una solución que puedas obtener para salvarte por tus propios medios o por los de otro ser humano, ángel o demonio. (2 Corintios 7:10; Romanos 3:23)

B. Dios tiene una solución: El regalo de salvación que Cristo te ofrece.  El pagó ya pagó tus deudas en la cruz y al resucitar terminó de sellar su regalo, pues si Él venció la muerte, es capaz de darte vida que necesitas (Romanos 6:23).

C. Tienes que recocer tu condición de separación de Dios, tu culpa y aceptar el perdón que Dios te ofrece, por medio de Jesús, ¿cómo lo haces?   Has una oración en voz alta, puede ser sólo o frente a buenos amigos, la oración debe contener tu reconocimiento de culpa y tu aceptación del regalo de salvación, reconócelo como Señor y Salvador de tu vida, cuando lo hagas serás una nueva criatura y tendrás una razón por la cual vivir, contarle a otros de este Regalo de Salvación (Romanos 10:8-10; 2 Cor.5:17-20)

2. ¿Y luego, qué hacer?

A. Busca una buena iglesia que predique las verdades de la Biblia y a dónde puedas adorar a Dios. (Hebreos 10:25)

B. Lee tu Biblia todos los días, has devociones, lee buenos libros, etc. (Salmos 119:103-104)

C. Ora a Dios todos los días. (1 Tes.5:17)

Cuéntanos si has hecho esta decisión para orar por ti y ayudarte en esta gran aventura que es la vida cristiana.

NPD/AMC