Lectura: Marcos 3:13-19

Corrían los años de la guerra fría, las potencias de ese momento: Estados Unidos y Rusia, entraron en una carrera espacial tratando de comprobar ante sus pueblos quien era superior, y fue en esa carrera que los Estados Unidos iniciaron su programa espacial en el año de 1958 con siete hombres que fueron escogidos para convertirse en los primeros astronautas. Imagínate la emoción de aquellos hombres, quienes habían sido escogidos para ir a un lugar donde nadie había ido antes.

A pesar de esa emoción, seguramente esos hombres también entendían que la tarea que se les había encomendado implicaba enfrentarse a peligros, una ardua preparación y pruebas nunca antes realizadas, cada uno de ellos sabía que su futuro era desconocido.

Ahora cambiemos de escenario y regresemos a casi 2000 años atrás, también se trataba de un grupo de hombres escogidos, con una misión para la cual no había precedentes, dejaron atrás sus ocupaciones, y familias para enrolarse en un programa intensivo de preparación, enfrentarían peligros y pruebas que los desafiarían en sus más profundos miedos y convicciones; eran los doce apóstoles, quienes a pesar de todo siguieron a Jesús.

Hoy Jesús sigue pidiendo lo mismo a quienes quieran seguirlo, nos pide a cada uno de nosotros que lo amemos, obedezcamos y transmitamos su mensaje a otros.  Al igual que con los apóstoles no sabemos a dónde nos llevará nuestro compromiso de seguir a Cristo.

  1. Jesús, mi Señor amado, ayúdanos a seguirte con fidelidad, confiándote todo nuestro futuro.
  2. Seguir a Jesús siempre será lo correcto pero no siempre será fácil; sin embargo será la mayor y mejor aventura de tu vida.

HG/MD

“Jesús les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres”.  Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron.” (Marcos 1:17-18).