Lectura: Mateo 6:5-6

Jesús durante esta fase del ministerio enseñó a sus discípulos tres disciplinas espirituales.  Estas disciplinas no eran nuevas, pero habían sido modeladas y enseñadas de manera incorrecta.  Jesús toma tiempo durante este viaje alrededor de Galilea a modelar y enseñar a sus discípulos disciplinas, tales como el dar y el orar.

 

La disciplina de la oración era muy importante en la cultura judía, en los días de Jesús y aún hoy en día.  Si se va a Israel hoy, se puede observar a las personas en el Muro de los Lamentos orando las 24 horas de los 7 días de la semana.  Tanto Jesús como sus discípulos han sido enseñados desde su nacimiento a orar a Dios.  Se les enseñaba cuando, en dónde y cómo orar.  Jesús toma la enseñanza que han recibido y abre sus ojos al increíble mundo de la oración.  Orar como Dios lo había planeado, no como habían sido enseñados, ni como les habían modelado.  Él les explica dónde y cómo se debe practicar la disciplina de oración en el “Reino de Dios”.

 

Una vez más Jesús utiliza a los fariseos para comparar dónde y cómo ellos oran y cómo ellos deberían hacerlo.  Los fariseos en el tiempo de Jesús amaban estar de pie orando en las sinagogas, así como en las esquinas de las plazas y oran para ser escuchados.  Ellos realmente desean ser vistos por otros y ser aplaudidos por su devoción y espiritualidad.  Ellos no comprendían que la oración es tener una conversación con Dios, no predicar un mensaje para alguien más.  No se trata de ser visto, si no de conectarse con el Padre.

 

Jesús les enseña a sus discípulos que sus conversaciones con el Padre deben tener lugar en un lugar privado, en silencio, donde se puedan enfocar en el Padre.  Otra razón para estar en un lugar privado, es que la oración trata más de escuchar que de hablar.  Que le puedo decir a Dios que no sepa.  Dios sabe todo.  Él conoce mis pensamientos antes que los tenga.  La oración es un tiempo para escuchar y reenfocar mi vida en Dios y sus prioridades.  No es un tiempo para decirle a Dios mis prioridades, si no para buscar Su dirección para el día.  Un tiempo para escuchar a Dios,  por eso busca un lugar solitario, porque es muy difícil escuchar en la esquina de la plaza o en medio de un partido de futbol.

 

  1. Piensa en el modelo de oración de Jesús y sus instrucciones. ¿Qué has aprendido y cuáles son sus implicaciones para tu vida?

 

  1. Ahora práctica la oración, pues no es una experiencia académica, encuentra un lugar especial, ya es una experiencia vivencial entre tú y Dios.

 

SL/ME

Jesús: Oraba en Lugares Solitarios. “Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar” -Lucas 5:16.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic