Lectura: 1 Pedro 1:3-9

Eran las vacaciones soñadas, las habían preparado desde hacía años atrás y al fin podían disfrutarlas en familia; se iban a divertir y pasar un buen tiempo fuera de la gran ciudad y sus complicaciones.

Pero recién comenzando su viaje se presentaron las dificultades. Se trataba de un fin de semana largo y muchas personas habían tenido la idea de ir a vacacionar al mismo lugar, así que las carreteras para salir de la ciudad estaban llenas; los niños empezaron a enfermarse por estar tantas horas en el auto, el humor cambió y todos estaban irritables, el destino era el soñado pero llegar allí se había convertido en toda una pesadilla, sin embargo continuaron pues les esperaba algo muy bueno al final de aquel largo día de viaje.

Esta historia se asemeja a la que enfrentamos en la vida cristiana. Quienes hemos confiado en Cristo como nuestro Señor y Salvador, estamos también en un largo viaje llamado vida, el cual está plagado de acontecimientos no tan placenteros; los inconvenientes pueden aparecer a la vuelta de la esquina, las tragedias y los obstáculos se pueden presentar más frecuentemente que lo anhelado.  No obstante, sabemos que nos espera un destino increíble (1 Pedro 1:4), y esto es un motivo suficiente para mantenernos enfocados en la meta, tal como lo dice Filipenses 3:20: “Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo”

Pedro lo entendía, y precisamente por eso advirtió a sus lectores, que la realidad es que sufriremos como resultado de nuestras decisiones teñidas por el pecado.  Sin embargo, y a pesar de todas las circunstancias, podemos regocijarnos en medio de nuestras dificultades debido a la esperanza que tenemos en Jesús.

  1. ¿Estás pasando por problemas? Entonces es un buen momento para mirar adelante; piensa en el destino que te espera al estar al lado de nuestro Señor. ¡Vale la pena todo el viaje!
  2. Las pérdidas que experimentamos en esta vida, no significan nada si las comparamos con las ganancias de la vida venidera.

HG/MD

“En esto se alegran, a pesar de que por ahora, si es necesario, estén afligidos momentáneamente por diversas pruebas” (1 Pedro 1:6)