Lectura: Hechos 2:40-47

Bueno de nuevo está sucediendo, a medida que se acercan los días de navidad, las iglesias se preparan para la mayor asistencia en todo el año.  Muchas iglesias que a menudo tienen espacio de sobra en estos días, muchas de ellas se llenan a toda su capacidad.

Los líderes de las iglesias a veces se refieren a estos asistentes estacionales como “feligreses N. y S.S.”, son personas que visitan las iglesias sólo en Navidad y Semana Santa.  Estos pueden hacer que los ministros crean que sus iglesias son atracciones turísticas de dos estaciones.

La mayoría de las iglesias da la bienvenida a este flujo temporal de visitantes y tratan de demostrarle que la paz y las buenas nuevas son para todo el año.  Pero, ¿por qué no asisten regularmente estos “turistas” a la iglesia?

Un periodista que estaba haciendo una entrevista durante el tiempo de navidad entrevistó a algunas de estas personas.  Una mujer dijo que las ocupaciones y las exigencias de su carrera le impedían a ella y a su familia ir a la iglesia.   La mayoría de los entrevistados admitió: “Sé que debería ir a la iglesia más a menudo, pero…”  Un padre de familia comentó: “La llegada de las fiestas navideñas me recuerda todas las cosas que apreciamos.  Quiero que mi hija experimente algo de eso”.

Sin embargo, la iglesia no es simplemente un lugar que deberíamos “experimentar”, ni asistir para apaciguar nuestros sentimientos de culpa.  Hemos de estar con el pueblo de Dios siempre que podamos (Hebreos 10:24-25).  Solamente juntos podremos llegar a ser lo que Dios quiere que seamos.

  1. Si la ausencia “aumenta” el cariño, algunas personas deben “amar” mucho a la iglesia.

 

  1. Si eres de esos “turistas” de iglesia, qué te parece si cambias y te conviertes en un residente de tu iglesia local.

NPD/DCE