Lectura: 2 Corintios 3

La joven mujer me dijo entre sollozos por teléfono que su esposo acababa de golpearla. Yo sabía que el hombre se había criado con un padre abusivo, por lo que no me sorprendió que siguiese ese mal ejemplo.

Los factores sobre los cuales no tenemos control pueden moldearnos profundamente. Pero eso no significa que seamos rehenes desvalidos de nuestro pasado. Tenemos la capacidad de moldear nuestras actitudes y acciones escogiendo sabiamente los amigos, la lectura y los entretenimientos. Muchos niños tuvieron terribles pasados llegan a ser hombres y mujeres altamente respetados y amorosos con todos los que les rodean.

Como creyentes debemos aprender a tomar decisiones que reflejen nuestra relación con nuestro nuevo Padre que mora en nuestros corazones, y no con satanás nuestro antiguo amo. Dios quiere que reflejemos la imagen de nuestro Salvador. Eso es algo que no podemos hacer por nosotros mismos únicamente tomando buenas decisiones con la ayuda, guía y obra transformadora del Espíritu Santo.

En 2 Corintios 3:18 Pablo dijo que sea transformación ocurre cuando hacemos una práctica de mirar “la gloria de Dios”. Esto significa hacer a Jesús el punto central de nuestras vidas y someternos completamente a Él como nuestro Señor y Salvador.

  1. Independientemente de lo que haya sucedido en tu pasado, ¿estas dejando que Dios moldee tu presente y tu futuro?
  2. Si quieres moldear tu vida confórmala a la de Cristo.

NPD/HVL