Lectura: Salmos 93

Los problemas nos ocurren según el Salmo 93, como olas implacables que se levantan y golpean nuestras almas y rompen sobre ellas con furiosa fuerza. “Los torrentes han alzado, oh Señor, los torrentes han alzado su voz;” y son ensordecedores (v.3).

Sin embargo, por encima de la tempestad escuchamos el estribillo del salmista: “Más que el fragor de muchas aguas, más que las poderosas olas del mar, es poderoso el Señor en las alturas” (v.4).

De verdad, “¡el Señor reina!” Él esta vestido de majestad y de fuerza. Está sentado como Rey, exaltado más arriba que las olas que se levantan sobre nosotros, más profundo que sus profundidades inmensurables, más grande que la mayor altura que puedan alcanzar. La tormenta está en Sus manos todopoderosas: «El mundo está bien afirmado, será inconmovible,» por cuanto Su gobierno sobre él se estableció hace mucho (v.1). Él gobierna la furia del mar; «el viento y el mar le obedecen» (Marcos 4:37-41). Él habla y ellos quedan quietos.

La tormenta no durará para siempre. Sin embargo, mientras azota, puedes aferrarte a las promesas de amor y fidelidad del Señor, por cuanto Sus “testimonios son muy fidedignos” (Salmos 93:5). Puede que las olas de tribulación y dolor se levanten por encima de ti, pero no serás barrido por ellas. Él “es poderoso para guardaros sin caída” (Judas 24). Nuestro Padre en el cielo te sostiene de la mano.

1. ¿Te sientes sólo, confundido, sin esperanza, por qué no pruebas conversar con Dios y decirle lo que sientes?  ¡El resultado puede ser más de lo que esperas!

2. ¿Conoces a Dios?  ¿Hace cuánto no hablas con El?  ¿Hace cuánto no lees que El escribió para ti?

NPD/DHR