Lectura: Romanos 3:19-31

La mayoría de las veces suele ser sencillo detectar a personas que están espiritualmente perdidas, sin Jesús como su Señor y Salvador.  Sin embargo, en algunas ocasiones puede no ser tan fácil percibir esta diferencia, pues en los dos grupos: sin Cristo y con Cristo, encontramos a personas encantadoras y las que no lo son, amorosas y las que son un tanto desagradables, calladas o extrovertidas.  Podemos caer en el error, de que a la hora de testificarle a otra persona de Cristo, creamos que las personas más amables y con buenos modales, son las que están más cerca de reaccionar al mensaje del evangelio.

No obstante, tanto las personas amables, como las que no lo son, están igualmente necesitadas de Cristo en sus vidas, ya que nadie tiene ventaja espiritual debido a su forma de ser, cuando se habla de su condición pecadora ante Dios.  Pablo lo explicó de la siguiente manera: “Esta es la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen. Pues no hay distinción, porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.” (Rom.3:22-23).  “Así que consideramos que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley” (Rom.3:28).

Si la salvación es un regalo inmerecido que Dios ofrece al hombre pecador; debido a que TODOS somos pecadores, nuestra única contribución a esta ecuación, es nuestra condición de pecadores necesitados de la gracia de Dios.  Oswald Chambers lo resumió de la siguiente manera: Cualquiera cobarde entre nosotros está dispuesto a renunciar a las cosas malas, pero, ¿estaría dispuesto a renunciar a las buenas?”.  Es un error pensar que por ser “buenos”, vamos a ganarnos el favor de Dios, ya que todos hemos fallado de una u otra forma y eso nos convierte en pecadores necesitados de Dios (Efesios 2:1-10); las buenas obras serán el producto de nuestra salvación, no la razón para ser salvos.

  1. No hay distinción, debemos compartir el mensaje de salvación con todo tipo de personas.
  1. Recordemos los cuatro llamados de Jesús: “Ven y ve” (a los no creyentes), “Sígueme” (a los creyentes), “Los haré pescadores de hombres”, (a los discípulos), y “Vayan y den fruto” (a los hacedores de discípulos). ¿En cuál etapa te encuentras?

HG/MD

“Porque por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios. 9 No es por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9