Mártires de la Fe

Ternura extrema

Camboya, una adolescente, entre 1975 a 1979

Los soldados del Jemer Rojo (es el nombre con el que fue conocida la organización guerrillera camboyana),  irrumpieron en la habitación blandiendo armas y gritando insultos y amenazas.  Cuando el Jemer Rojo tomó control de Camboya en 1975, mataron a miles de cristianos.  Incluso echaban a los niños a cocodrilos para que los soldados se «ahorraran sus balas».

Ningún miembro de la pequeña congregación se movió.  Un oficial fue donde estaba el predicador, agarró la Biblia que había estado leyendo y la arrojó al piso.

Los dejaremos ir -dijo él- pero primero deben escupir sobre este libro de mentiras.  Mataremos a cualquiera que se niegue a hacerlo.

Otro soldado agarró a un hombre del brazo y lo obligó a moverse adelante.

-Padre, por favor, perdóname- oró mientras  se arrodillaba donde había caído la Biblia y escupió ligeramente sobre ella.

– Bien, usted se puede ir.

Entonces el agente señaló a una mujer.  Ella también se arrodilló junto a la Biblia.  Mojó la Biblia lo suficiente para satisfacer a los soldados.

Una chica adolescente de repente se puso de pie y caminó hacia la Biblia.  Con lágrimas en los ojos se arrodilló y recogió la Biblia, tomando el borde de su vestido, la limpió.

-¿Qué le han hecho a tu Palabra? – dijo ella – Por favor, perdónalos.  El soldado bajó su revolver detrás de su cabeza y apretó el gatillo.

A los cristianos que en un principio se les permitió retirarse también les dispararon, sus acciones no hicieron nada para salvarlos.

Un acto de revolución con ternura es capaz de inspirar más a una congregación que cualquier número de traiciones.  La adolescente en esta historia despierta una visión de lo que significa estar unidos a Cristo.  En lugar de reprender a sus hermanos y hermanas débiles, sólo los guió con el ejemplo personal en su tratamiento tierno de la Biblia.  Imagínese si cada persona en esa iglesia hubiera actuado de la misma manera.  ¡Qué poderoso testimonio para Cristo!  En cualquier momento que actuamos juntos, somos más fuertes.  La ternura y la compasión, combinadas con un fuerte ejemplo, guiarán a los que son débiles a unirse a un compromiso mayor.  Si se siente frustrado con otros que  batallan en su compromiso, recuerde que Dios lo llama a que se una a los que son más débiles y los ayude en el camino.

 Por tanto, si hay algún aliento en Cristo, si hay algún incentivo en el amor, si hay alguna comunión en el Espíritu, si hay algún afecto profundo y alguna compasión,  completen mi gozo a fin de que piensen de la misma manera, teniendo el mismo amor, unánimes, pensando en una misma cosa – Filipenses 2:1-2

Tomado de: Devoción Extrema, la Voz de los Mártires, pág.90