Lectura: Juan 15:18-27

El Señor sabe que no todo es amor y buenas noticias, desea que sus seguidores estén advertidos de que al ser obedientes a su llamado de “Vayan y den Fruto”, serán aborrecidos por el enemigo. Recordemos que en verdad ya no pertenecemos a este mundo, entonces no esperemos que los adversarios del Señor nos quieran o deseen que nosotros compartamos el evangelio con la mayoría de personas que podamos.

La presencia del Maestro, sus palabras y sus hechos, condenaron a los que no quisieron oírle, y esto provocó que el Enemigo influenciara a los suyos para que odiaran sin sentido a los hijos e hijas de Dios, cumpliendo con esto lo profetizado en Salmos 35:19; y el Salmos 69:4: “Más que los cabellos de mi cabeza, son los que me odian sin motivo”.  El mundo y la iglesia son dos polos opuestos, el mundo no entiende nuestra manera de vivir ya que es locura y condenación para sus actos no acordes a la moral.

El evangelio nos desafía a ser diferentes, y a tener coraje para vivir conforme a esa nueva forma de vida, es por ello que el Señor insiste en la importancia y el papel trascendental que tuvo el Espíritu Santo en esos primeros creyentes y que tiene en nuestras vidas actuales.  No estamos solos en esta batalla.

  1. Es por ello que nuestra relación con Dios debe ser cercana y creciente.
  1. A pesar de los golpes del enemigo, recuerda; el Señor es aún más fuerte y te amó tanto que soportó el más fuerte dolor tan sólo por salvarte, ten ánimo, no estás sólo. Hay muchos que oramos por ti, aunque no te conozcamos.

MD/HG

Jesús: Perseguido pero victorioso.  “Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más que su amo.” Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes.”  Juan 15:20.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.

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