Lectura: Juan 1: 29-34

Jesús regresó del desierto y se encuentra viviendo en algún lugar cerca de donde Juan está bautizando: “En Betania, al otro lado del río Jordán.”  Las palabras “al otro lado del río Jordán”, se refieren al lado del río Jordán opuesto a la ciudad de Jerusalén.  Así que sabemos que Juan el Bautista estaba en el lado este del río Jordán.  Ahora el apóstol Juan nos va a dar un vistazo a una serie de días en la vida de Jesús.  Cada día es crucial para que Jesús comience a llamar a sus primeros seguidores.

El día uno va desde Juan 1:19-28, el día dos Juan 1:29-34, el día tres Juan 1:35-39, el día cuatro Juan 1: 40-42 y el día cinco Juan 1: 43-50.  Nuestra guía está en la frase: “al día siguiente…” que aparece en Juan 1:29, 35, 43.  En el primer día Juan dijo: “Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.”  En el día dos, mientras Juan observaba que Jesús se acercaba a él, le dice: “¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! De éste hablaba yo cuando dije: «Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo. “Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua.”.

Juan nos empieza a revelar cosas que Dios le reveló a él en el desierto antes que iniciara su ministerio (ver Lucas 3:2).  Éstas eran las señales que le iban a indicar quien era el Mesías.  Juan tuvo un gran dolor al decir que no sabía que Jesús era el Mesías hasta que vio el Espíritu Santo descender y permanecer sobre Él.  Juan dice: “Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es el que bautiza con el Espíritu Santo.

Juan nombra a Jesús como: “¡Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”  Dios Padre posiblemente abrió los ojos de Juan en el desierto por la profecía en Isaías 53:7.  El Mesías va a ser como un cordero sacrificado por el pecado del mundo.

  1. Dedica tiempo a lo largo del día para agradecerle a Dios por Jesús, ¡El Cordero de Dios, quien quita el pecado del mundo!
  1. Así como Juan el bautista se vio sorprendido por la revelación de nuestro Señor y después reconocimiento la situación, así nosotros deberíamos sorprendernos cada día al encontrarnos con Su Palabra: reconociendo nuevas lecciones, confort para nuestras pruebas y palabras de vida eterna.

SL/ME

Jesús: El Cordero de Dios.  “Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: ¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” –Juan 1:29

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.