Sección especial: ¿Podemos probar que la Biblia es verdad?

Con todos los conocimientos y recursos que actualmente tenemos a nuestra disposición, los hijos de Dios no tienen excusa para no estar preparados “para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). En primer lugar, podemos saber lo que la Biblia dice acerca de sí misma (“las evidencias internas”), y luego podemos aprender de las evidencias más convincentes que corroboren y confirmen sus afirmaciones (“las evidencias externas”).

2. Los Reclamos de Autoría Divina

Siete evidencias convincentes

por Don Landis
No sólo los autores de la Biblia sino que Cristo Jesús mismo afirmaron que la Biblia es la Palabra de Dios.  Jesús ató su propia vida y la reputación a esa afirmación.  Así que, o Él es Dios y Su Palabra es impecable, o ambos, Cristo y Su Palabra son falsos.
Más de 3.000 veces, de una forma u otra, los autores de la Biblia afirman que hablan por Dios, con frases como “la palabra de Dios” y la “palabra del Señor”, que indicaron que creían que sus palabras eran de origen divino.
La Biblia afirma ser la Palabra de Dios y absolutamente cierta, así como de divina autoría.  “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.  Él dijo, ¿y no hará?  Habló, ¿y no lo ejecutará?”(Números 23:19).
Esta afirmación fuerza a todos los seres humanos en el planeta a tomar una decisión.  No hay terreno neutral.  La gente debe creer que son Palabras de Dios o rechazarlas.  Si fielmente compartimos las afirmaciones de Su Palabra, el Espíritu Santo usará Su Palabra para convencer al mundo de pecado y la rebelión de este contra Dios (Juan 16:8).
Dios sabía también que falsos profetas decían hablar por Él, por lo que impuso ¡la pena de muerte si sus palabras no se hacían realidad! (Deuteronomio 13:5).  Para un profeta, el ponerse de pie y afirmar que estaba entregando un mensaje del Señor sería una tontería, a menos que estuviera convencido de que lo que hablaba era verdaderamente de Dios.
Sin embargo, nos encontramos una y otra vez a los autores de las Escrituras afirmando que sus palabras eran de origen divino.  David, por ejemplo, dijo: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.” (2 Samuel 23:2).
Los cuarenta autores de la Biblia fueron probados con una sinceridad demostrada y con cordura.  Ellos no hubieran estado dispuestos a ir a la muerte si sus palabras hubieran sido falsas.
También encontramos muchos autores de la Escritura verificados por otros escritores de la Palabra de Dios.  Poco después de que Jeremías escribió su libro, por ejemplo, Daniel reconoce que lo que Jeremías escribió era la “palabra del Señor” (Daniel 9:2).  Más tarde en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo cita el Evangelio de Lucas como “Escritura”, a la par de otros escritos inspirados de Moisés (1 Timoteo 5:18, citando ambos Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7).
El apóstol Pedro afirmó la inspiración de todo el Antiguo Testamento (“los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” en 2 Pedro 1:21).  También equiparó las epístolas de Pablo con “el resto de las Escrituras” (2 Pedro 3:15-16).
La evidencia más poderosa de que la Biblia está divinamente inspirada viene de la vida de Jesucristo y sus declaraciones acerca de la Biblia.  En referencia al rey David en Marcos 12:36, por ejemplo, Jesús dijo: “Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo,” Jesús citó el Salmo 110:1.

Cristo citó el Antiguo Testamento en repetidas ocasiones, incluyendo el recuento de decenas de milagros y hechos históricos.  Él consideró toda su historia como verdadera, incluyendo a Noé (Lucas 17:27), Moisés (Juan 5:46), Jonás (Mateo 12:40), y todos los otros profetas desde Abel hasta Zacarías (Lucas 11:49-51).
Cuando Él habló de las Escrituras fue fiel aun “hasta en la letra más pequeña” (Mateo 5:18).  Jesús se puso a sí mismo y a Su carácter en la línea de batalla.  De hecho, Jesús dijo que todo lo que Él hizo fue para cumplir las Escrituras.  Vivió y murió por ellas, como la expresión perfecta de la voluntad de su Padre.  “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4).
Normalmente pensamos en los Evangelios como un registro de lo que Jesús hizo y dijo, pero a la vista de Jesús ¡Su vida y Su ministerio cumplieron lo que la Escritura decía!  No puede haber declaración más fuerte que la de Jesús, al afirmar que la Biblia fue inspirada por Dios.  Aseverando ser Dios mismo, Él dijo que las Escrituras fueron dadas para mostrar y verificar quién era Él.  La Biblia confirma a Jesucristo, y Jesucristo confirma la Biblia.  Usted no puede apelar a ninguna autoridad superior a Él.
Los autores de la Santa Biblia aseguran que se trata de un Dios santo, por lo que podemos y debemos confiar en que es perfecta, segura, justa, pura, limpia y verdadera (Salmo 19).

Su origen es divino.

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Jesús se sometió a la Autoridad de la Biblia
Jesucristo no sólo creía en la Biblia, Él vivió su vida entera y fue a la Cruz en obediencia a ella. Él dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” (Mateo 5:17).
Jesús obedeció a la Biblia, no como a la palabra infalible y la voluntad del hombre, sino como la Palabra expresa de la voluntad de Dios, su Padre (ver Juan 5:30).  Se basó en la Biblia (y ningún otro libro) como su autoridad para la vida.
Cuando Satanás tentó a Cristo para que actuara en contra de la Palabra de Dios, Él reprendió a Satanás exaltando las Escrituras como Palabra de Dios: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4).  Esta respuesta a Satanás, de hecho, es una cita directa de la Ley (Deuteronomio 8:3).
Aquí hay cuatro proclamas claves que Cristo hizo de las Escrituras y la locura de no creer todo lo que dice:

  • • “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
  • • “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).
  • • “Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley” (Lucas 16:17).
  • • “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” (Lucas 24:25).

Si Cristo se sometió a la Escritura y vivió su vida bajo su autoridad, entonces estamos ante una elección difícil.  O le creemos a Cristo y abrazamos toda la Biblia como nuestra autoridad absoluta, o rechazamos a ambos, a Cristo y la Biblia como impostores.  La autoridad de uno está directamente ligada con la otra.

Así que las afirmaciones de Cristo sobre las Escrituras son la evidencia más potente de su verdad.  La negación de la Biblia es un desafío directo a Su integridad y veracidad.
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Puedes obtener más recursos en los diferentes sitios de apologética que te recomendamos en nuestra página www.midevocional.org, así como en la revista Answers en línea la cual es una herramienta apologética para defender la Biblia, incluyendo los artículos “La preservación de la Biblia”(http://www.answersingenesis.org/articles/am/v6/n2/preservation-of-the-biblehttp://www.answersingenesis.org/articles/am/v6/n2/preservation-of-the-bible) y “Jesús cree en cada evento del Antiguo Testamento.”

http://www.answersingenesis.org/articles/am/v6/n2/jesus-believed-the-old-testament (en línea solamente en inglés)
Acerca del autor: Don Landis es pastor de la Iglesia Bíblica de la Comunidad de Jackson, Wyoming.  Es fundador y presidente de Jackson Hole Bible College (www.jhbc.edu), en donde brinda un curso intensivo de un año de estudio con un especial énfasis en el creacionismo para adultos jóvenes.  Don es también el presidente fundador de la Junta Directiva de Respuestas en el Génesis, USA.  Publicado originalmente en idioma inglés en Answers Magazine, publicación #6.3, 2011.

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