Lecturas: Mateo 8: 14-17; Marcos 1:29-34; Lucas 4: 38-41

La primera Expedición de Pesca en Capernaúm tuvo como resultado una persona salva.  Este fue el plan de Dios, y da como resultado que este pez ahora iba a ir a traer más peces.  Marcos 1:28 dice “Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.”  Un pez puede hacer la diferencia, si este habla.  Que este hombre haya sido liberado de la oscuridad y traído al Reino de luz tuvo como resultado que toda la región de Galilea estuviera alerta del hecho que Jesús tiene autoridad y poder sobre las fuerzas del mal.

 

Jesús se va de la sinagoga de Capernaúm con sus primeros cuatro discípulos, luego de pescar solamente un pez.  Todos se dirigieron a la casa de Simón y Andrés en Betsaida (Juan 1:44).  La segunda Expedición de Pesca fue en la casa de Simón ese mismo día, a tan solo 6 km (4millas) de donde ocurrió la primera Expedición de Pesca en Capernaúm.  Cuando llegan a Betsaida se dan cuenta que la suegra de Simón está enferma y con fiebre.   Jesús entra, se acerca a ella y toca su mano, cura la fiebre y esta se va.  Jesús la ayuda a levantarse, ella se pone en pie inmediatamente y les sirve.  Nos damos cuenta gracias a esta historia que Simón está casado, que su suegra y su hermano Andrés viven con él en la misma casa.

 

Luego de la comida preparada por la suegra de Simón, comienza espontáneamente la segunda Expedición de Pesca.  Cuando llega la noche, luego que el sol se puso, “toda la ciudad se agolpó a la puerta.”  Se había corrido la voz que Jesús había expulsado un demonio de un hombre, temprano en la sinagoga y que había sanado a la suegra de Simón.  Así que las personas comenzaron a llegar, trayendo a sus familiares y amigos enfermos o poseídos por un demonio.  Jesús “poniendo las manos sobre cada uno de ellos”, los sanaba de sus diversas enfermedades y echo fuera demonios.  Cuando los demonios salían gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios.”  Mateo nos dice que esto sucedió para que se cumpliera la profecía dada en Isaías 53:4 “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

 

  1. Dedica un tiempo hoy considerando el toque sanador de Jesús. Recuerda Él ora todas las mañanas pidiendo dirección a Su Padre Celestial, y lo que todo que hacía estaba de acuerdo a Su Plan y Voluntad, nada es casualidad. Recuerda que la más importante enfermedad que tenían y tienen las personas, es el pecado y sólo Cristo puede sanar esa enfermedad.

 

  1. ¿Recuerdas las personas no creyentes, por las cuales has estado orando desde hace algunos días? Pasa tiempo orando por ellos y si es posible trata de llevarlos a Jesús esta semana, si no es posible sé paciente y busca una mejor oportunidad, sigue orando.

SL/ME

Jesús: Toque Sanador. “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.” -Lucas 4:40

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.