Lectura Lucas 7:39-48

 

Un fariseo llamado Simón, del pueblo de Naín, invitó a Jesús a comer con él.  Simón ha escuchado a las personas decir: “Ha surgido entre nosotros un gran profeta” -Lucas 7:16.  También escuchó a Jesús hablarle a los fariseos incrédulos (Lucas 7: 30-35).  Simón fue uno de los fariseos que estuvo en la casa de Jesús en Capernaúm en Lucas 5:17: “estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén.”  Quizá esta invitación era un acto de buena voluntad y un verdadero deseo de compartir una comida con Jesús, escuchar lo que tenía que decir.  También esta invitación puede ser una trampa para Jesús, una conspiración para probarse a sí mismo y a otros que Jesús no era el “gran profeta” que ellos creían.

 

Se acostumbraba en los tiempos de Jesús que el anfitrión hiciera tres cosas cuando tenía un invitado a comer.

  1. Tener a alguien que lavara los pies del invitado cuando entrara en la casa.
  2. Darle un beso en la mejilla al invitado.
  3. Ungir la cabeza del invitado con aceite. Simón no hizo ninguna de ellas con Jesús.  No está claro porque no lo hizo.

En cambio, una mujer pecadora del pueblo usa sus lágrimas para mojar los sucios pies de Jesús. Los lavó con sus cabellos, los besó y puso perfume sobre ellos.  Simón en este momento piensa para sí mismo: “Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la que lo está tocando, y qué clase de mujer es: una pecadora.”  Simón piensa que Jesús no es un verdadero profeta, porque un profeta verdadero no permitiría que una mujer pecadora lo tocara.  Jesús responde con un acertijo ante la mirada en el rostro de Simón: “Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta.  Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora bien, ¿cuál de los dos lo amará más?”

 

Simón responde correctamente: “Supongo que aquel a quien más le perdonó.”  Por lo que Jesús se volvió hacia la mujer y le dijo: “Tus pecados quedan perdonados.”

 

  1. Reflexiona hoy sobre el poder perdonador de Jesús. Ninguna deuda es tan grande, Él ha pagado todo.  Todo se debemos a Él.

 

  1. Si aún nos has experimentado el perdón de Dios, Él te está esperando para perdonar tus pecados, no importa si son muchos o pocos, Él desea iniciar contiguo una relación eterna. ¿Qué esperas?

 

SL/ME

Jesús: Perdonador de Pecados.  “Entonces le dijo Jesús a ella: —Tus pecados quedan perdonados.”  -Lucas 7:48

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic