Lectura: Gálatas 3:19-29

De acuerdo con el informe 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas para Drogas y Crímenes en el año 2016: “En todas las cárceles del mundo habían 7 559 166 de personas encarceladas”.

Como bien es sabido algunos privados de libertad son liberados mientras que otros reciben sentencias cada día, por lo que las estadísticas dicen que en realidad cada año existen al menos 30 millones de privados de libertad que pasaron al menos 1 día en la cárcel.  Este tipo de estadísticas ha motivado que en muchos países se busquen reformas a los sistemas penitenciarios, como medida alternativa debido al alto costo que representa mantener personas encarceladas.

La Biblia nos brinda una estadística aún más impresionante: “la Escritura lo encerró todo (el mundo entero) bajo pecado” (Gálatas 3:22).   Lo que Pablo estaba diciendo es que aunque la ley del Antiguo Testamento no podía impartir vida (v.21), fue una herramienta muy eficaz para mostrarnos que necesitamos un Salvador que pueda revivirnos (v.24).   La mala noticia sigue siendo: “la Escritura lo encerró todo bajo pecado”, pero la buena noticia es: “para que la promesa fuera dada por la fe en Jesucristo a los que creen.» (v.22).

Al seguir y confiar en Jesús como nuestro Señor y Salvador, inmediatamente Él paga el precio de muerte que hay sobre nosotros, y ya no somos prisioneros del pecado, sino que nos convertimos en sus hijos: “Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

  1. ¿Quieres ser libre? En Jesús, ¡somos libres de verdad!
  2. La liberación del pecado es la mayor de todas las libertades. “…Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:31-32)

HG/MD

“…Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:31-32)