Lectura: Hechos 4:5-22

Iba conduciendo por una de nuestras congestionadas vías, cuando de repente me llamó la atención el parachoques de un auto que estaba delante de mí, en él estaba pegada una pegatina o calcomanía que decía: “¡Sonríe, Jesús te ama!”.  De repente, el conductor con la llamativa “Sonrisa”, fue víctima de una maniobra indebida la cual casi le causa un accidente; el conductor del auto con el que casi choca, le reclamó fuertemente con el claxon, y el conductor del auto “sonriente” le devolvió el reclamo sacudiendo su puño de manera desafiante, mostrando cualquier cosa menos una “sonrisa”.  Me sentí mal pues recordé que yo también, en muchas ocasiones, muestro mi impaciencia y mala educación como conductor.

Este evento “poco sonriente”, me hizo pensar en nuestras acciones y reacciones. Más que una simple pegatina o calcomanía, son nuestras acciones las que demuestran que realmente conocemos a nuestro Señor Jesús.

En nuestra lectura devocional en el libro de los Hechos, se nos cuenta la historia de Juan y Pedro, quienes sufrían persecución por parte de los gobernantes religiosos de su época a causa de la predicación del evangelio.  Pese a ello, la reacción de estos hombres si mostró una actitud acorde con su llamado, haciendo que sus acusadores empezaran a pensar sobre lo que estaban haciendo; estaban maravillados de que estas personas simples tuvieran palabras y testimonios, que mostraban que su andar con Cristo no había sido en vano.  No había necesidad de gritar o golpear, sus acciones hablaban por ellos.

  1. ¿Llevas algún tiempo en los caminos del Señor y aun te sientes falto de adiestramiento o muy tímido para testificar de tu fe? Lo que necesitas es pasar más tiempo con Dios, hablar con Él, estudiar su Palabra y compartir con otros que también quieran tomar el siguiente paso de fe.  ¿Qué esperas?   Inicia hoy mismo.
  2. Las acciones hablan más que diez mil calcomanías o pegatinas.

HG/MD

“Y viendo la valentía de Pedro y de Juan, y teniendo en cuenta que eran hombres sin letras e indoctos, se asombraban y reconocían que habían estado con Jesús” (Hechos 4:13).