Lectura: 1 Corintios 12:12-27

Durante una visita a obreros cristianos en Rumania, Charlie VanderMeer director de la Children’s Bible Hour fue a un orfanato donde había personas con discapacidades físicas y mentales, observó un cuadro que le cautivó.

Misha, un joven de 24 años, transmitía música y programas cristianos desde las instalaciones del orfanato.  A pesar de que estaba paralizado de la cintura hacia abajo, se sentía en general muy bien.   Un amigo suyo que tenía síndrome de Down y que no podía oír, ni hablar, le llevaba sobre sus hombros hasta donde transmitía el programa.   Charlie se dio cuenta de la sonrisa en el rostro del hombre que llevaba a Misha, esta era su misión en la vida.  De acuerdo con un trabajador, cuando Misha tuvo que ausentarse un par de semanas, su amigo no sabía qué hacer.

¡Qué imagen de los miembros del cuerpo de Cristo, los cuales dependen el uno del otro! Cada uno de nosotros es un poco como Misha.  «Estamos parcialmente equipados para hacer la obra del Señor, y necesitamos los “pies” de nuestros hermanos en la fe para llevarnos a lo largo del camino.

Este ejemplo de Misha y el de su amigo nos recuerdan que ninguno de nosotros puede hacer todo el trabajo solo.  Dios nos diseñó para confiar en los demás, esto con el fin de buscar formas de ayudar a las personas y aprender a apreciar lo mucho que podemos hacer juntos.

1.  Todos dependemos de otros en múltiples formas, ¿a quién estas ayudando en este momento?

2. El trabajo en equipo divide el esfuerzo y multiplica el efecto.

NPD/DB