Lectura: Juan 4:46-54

Durante su gira evangelística en Galilea, Jesús está llamando a los no creyentes al “Ven y Ve” y a los creyentes al “Sígueme”.  Una vez más va al pueblo de Caná.  Recuerda que en Caná Jesús asistió a una boda, donde convirtió el agua en vino.  En Caná realizó su primera “señal” milagrosa y reveló su “gloria” a su familia y seguidores.

 

Posiblemente Jesús está en Caná visitando a esta joven pareja o en la casa de Natanael (recuerda que Natanael es de este pueblo, Juan 21:2).  Mientras se encuentra en Caná es visitado por alguien inesperado.  Es un funcionario u oficial del rey, proveniente del pueblo de Capernaúm.  Su hijo se encuentra muy enfermo, a punto de morir en casa a algunos kilómetros de distancia.  Él viene en búsqueda de Jesús.  Juan 4:47 nos dice: “Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir.

 

Algunos creen que este funcionario del rey era un judío nombrado por Herodes y que servía en su corte.  Otros como yo, creemos que era un oficial romano, nombrado por Roma para dar cuenta de Herodes quien estaba a cargo de Galilea.  No lo podemos saber, pero una cosa es cierta, este hombre está acá no por una asignación política.  En este momento está en modo de padre amoroso, que tiene como misión el ver a Jesús.  Cuando llega, parece que Jesús está teniendo una conversación con las personas de Caná a las cuales les dice: “Ustedes nunca van a creer si no ven señales y prodigios.”  Parece como si las personas en Caná estuvieran pidiéndole a Jesús que convirtiera más agua en vino o alguna otra “señal milagrosa”.  Esto nos recuerda a muchas personas de nuestros días, en realidad no desean a Jesús verdaderamente, solamente quieren un milagro de Él.  En este contexto, el padre con un gran dolor sale a su encuentro y le implora a Jesús que vaya con él a Capernaúm para sanar a su hijo.  Jesús le dice: “Vuelve a casa, que tu hijo vive —le dijo Jesús”.

 

Las siguientes palabras en Juan son impresionantes: “El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue.”  Que gran declaración de fe.  Fe de creerle a Jesús sus palabras y hacer lo que le fue dicho.

 

  1. Piensa en lo que significa creerle a las palabras de Jesús y obedecerle completamente.

 

  1. Hoy en tus oraciones no pidas nada para ti, tan sólo pídele a Dios que te muestre cómo puedes servirle a Él y a otros durante esta semana, pon tus palabras en acción.

SL/ME

Jesús: Un hombre con palabras poderosas. “Vuelve a casa, que tu hijo vive —le dijo Jesús” -Juan 4:50

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.