Lectura: Juan 3:1-18

Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo” (Juan 3:7).  Estas palabras parecen estar fuera de contexto.  Tendemos a pensar que Jesús debió haberlas dicho en el siguiente capítulo de este evangelio, cuando Jesús conoce a la mujer junto al pozo (Jn.4:6-26).  Esta mujer había arruinado su vida, estaba llena de problemas y confusiones, había tenido “5 esposos” y estaba en flagrante adulterio, era samaritana o era descendiente de israelitas mezclados con gentiles, tenía muchas dudas religiosas  y  con respecto a Dios.  Es por ello que la frase de rescate: “Tienes que nacer de nuevo”, parece muy aplicable a personas con muchos problemas como esta mujer.

Sin embargo Jesús las utiliza refiriéndose a Nicodemo, el equivalente Hebreo de un profesor universitario, un juez y obispo al mismo tiempo.  Nicodemo era todo lo contrario a la mujer del capítulo 4.  No obstante, fue a este líder religioso culto y respetado, al que Jesús le dijo: “Tienes que nacer de nuevo”.

¿Por qué Jesús le dijo eso a Nicodemo?  La respuesta es sencilla.  Al igual que todos nosotros Nicodemo nació en pecado, por lo que, necesitaba un segundo nacimiento, un nacimiento espiritual.  Tenía que cambiar el enfoque de su fe a Cristo (Jn. 3:15) Únicamente Cristo podía darle el perdón y la vida eterna.

Si Nicodemo, lo mejor que podía producir la religión, tenía que nacer de nuevo.  Entonces las palabras de Jesús se aplican ciertamente a Nicodemo, a la mujer y todos nosotros.

1.  ¿Y tú, ¿Has nacido de nuevo?

2. Somos salvos por la muerte de Cristo y por su resurrección, no por lo “bueno” que parezcamos ser.

NPD/HWR