Lectura: Juan 3:1-18

Un amigo me contó que fue invitado a dar una charla en un hogar de ancianos, para lo cual escogió hablar sobre las palabras de Jesús a Nicodemo. Se enfocó en el siguiente pasaje: “No te maravilles de que te dije: Les es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7).

Mientras él les hablaba, pudo notar el rostro deprimido de una anciana.  Después de terminar la charla, tuvieron la oportunidad de disfrutar de un delicioso café con galletitas. Mientras disfrutaba de aquel bocadillo, se acercó a la anciana y le preguntó directamente, ¿has nacido de nuevo, has buscado a Cristo y su perdón?

La anciana seguía teniendo un rostro de tristeza y meneando su cabeza, le contestó con un no.  Mi amigo le preguntó cortésmente: “¿No le gustaría hacer esa decisión, hoy?”  Ella contestó: “Creo que para mí ese tiempo ya pasó, desperdicié toda mi vida yendo tras cosas que no son importantes, cometí muchas injusticias, verdaderamente fui egoísta, por lo tanto me temo que ya es muy tarde”.  La respuesta que recibió fue: “Más vale tarde que nunca”.

La expresión de su cara cambió totalmente, “¿Usted cree eso?, sería lo más maravilloso que me puede pasar en la vida”.  Acto seguido oraron juntos, reconoció su necesidad de perdón y aceptó el sacrificio de Jesús en pago por sus pecados.  En aquella tarde de invierno esta anciana se convirtió en una gozosa bebé en Cristo.  A pesar de que su vida terrenal estaba llegando al final, su nueva vida le permitía tener una esperanza eterna.

Esta conversión tardía nos recuerda que Dios sigue tocando puertas en todas las etapas de la vida. También es una evidencia clara de que nunca será demasiado tarde, siempre que tengas aliento habrá una posibilidad.  No debes esperar hasta las 11:00 para ser salvo, te podrías encontrar con la muerte a las 10:30.

  1. No importa la edad que tengas, seas niño, joven, adulto o adulto mayor, nunca es demasiado tarde para tomar la decisión más importante de tu vida, “¡Busquen al Señor mientras puede ser hallado! ¡Llámenlo en tanto que está cercano!” (Isaías 55:6)

 

  1. Nunca es demasiado pronto para arrepentirse.

HG/MD

“No te maravilles de que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7).