Lectura: Marcos 2:1-12

La mayoría de personas que presenciaron los milagros de Jesús, quedaron admiradas al ver lo que sus ojos estaban viendo, y no fue la excepción cuando el Señor sanó a un paralítico y además perdonó sus pecados; “y glorificaron a Dios diciendo: ¡Jamás hemos visto cosa semejante!” (Marcos 2:12b).  Tan sólo en el evangelio de Marcos tenemos 12 ejemplos de relatos donde las personas reaccionaron ante las palabras y hechos del Señor.

Las palabras como “asombrados” (Marcos 10:32) y “glorificaron” tienen un sentido de sorpresa y de admiración sincera.  Puede ser que en alguna ocasión también nosotros hayamos sentido algo similar al leer los relatos contenidos en la Biblia.

Otra razón por la cual podemos sentirnos maravillados o asombrados, es debido a la reacción negativa de las personas ante las actuaciones y respuestas de Jesús, tal como sucedió en los numerosos encuentros con los Fariseos o líderes religiosos, quienes incluso al final fraguaron un complot para matarlo, tal como lo leemos en Juan 11:45-52. Estas personas estaban asombradas por la enseñanza de Jesús la cual era muy diferente a la que ellos creían.

También, existen otros tipos de asombros, como el que sintieron quienes vieron a Jesús expulsar a una legión de demonios de una persona, “y todos se maravillaban” (Mar.5:20), pero ¿por qué se maravillaban?, ¿sería porque creían que lo que acababan de ver no era posible para un simple predicador de profesión carpintero? ¿O quizás creían que aquella persona no era digna de recibir el perdón de Dios?

El Señor no está amarrado a nuestras limitaciones ni expectativas humanas. Él decía y ordenaba con la autoridad y sabiduría divina.

  1. Así también nosotros debemos reconocer la grandeza de Jesús, y con reverencia aceptar su voluntad, porque Él es Dios.
  2. Nunca puedes comparar el poder ilimitado de Dios con tus limitadas expectativas.

HG/MD

“Al único sabio Dios, sea la gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén” (Romanos 16:27)