Lectura: Romanos 2:12-16

Durante su ministerio aquí en la tierra, Jesús dijo algunas cosas muy duras acerca de los líderes religiosos de la época; por ejemplo a los fariseos, quienes tenían una obsesión tan grande con los detalles de sus ritos religiosos, que les impedía ver el perfecto y sencillo plan de Dios.

Estas personas llegaban al colmo de diezmar las especias aromáticas de sus cocinas (Mateo 23:23), la cantidad de pasos que podían dar, y el número de letras que les era permitido escribir en el día de reposo; estas reglas fueron una invención de sus mentes. Jesús llamó a estos líderes: “¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero tragan el camello!” (Mat.23:24).  Ellos simplemente no entendían cuál era la diferencia entre un mosquito y un camello.

El famoso entrenador de Football Americano de los años 60´s Vince Lombardi (1913-1970), explicó una situación similar de la siguiente forma: “¿Quieres saber la diferencia entre un buen y un mal entrenador?  El buen entrenador sabe cuál será el resultado final… Los malos no saben lo que quieren, los buenos sí.  Dicho de otra forma, los buenos entrenadores saben lo que es importante hacer para ganar, y trabajan con base en esas prioridades.  Ellos ven el cuadro completo”.

Los resultados de nuestro caminar en la vida cristiana, dependerán de cuán consientes estemos de los “camellos” de Dios: la justicia, la misericordia y la fe.  Una vez que conocemos estos principios, debemos ponerlos en práctica, pidiendo cada día la dirección del Espíritu Santo.

  1. No desperdicies tu vida en cosas irrelevantes o inventadas.

 

  1. Si quieres sacar el mayor provecho a tu vida, procura que las metas de Dios sean las tuyas.

HG/MD

“…pero han omitido lo más importante de la ley, a saber: el juicio, la misericordia y la fe…”  (Mateo 23:23b).