Lectura: Lucas 5:27-32

Hay una historia acerca de un artista que quería pintar un cuadro del hijo pródigo (descrito por Jesús en Lucas 15:11-32). Vio a un mendigo desaliñado en la calle y le pidió que fuera el siguiente día, a su estudio a posar.

Cuando el hombre se presentó, estaba perfectamente afeitado y limpio. Al verlo el artista, exclamó: “¡Oh, no, no puedo utilizarlo como está ahora!”

Dios nos pide que vengamos a Él tal como somos, admitiendo que somos pecadores que no merecen nada, sino juicio. Esto es humillante, pero es la única manera en que podamos recibir el perdón que Cristo pagó en la cruz y así ser aceptados y usados por Dios.

Los escribas y fariseos eran cumplidores de la ley muy escrupulosos. Ellos pensaban que Dios estaba complacido con ellos, ya que creían que todos estaban “limpios”.  Así que cuando vieron a Jesús comiendo con la gente que tenía mala reputación, se quejaron inmediatamente. Pero Jesús les dijo: “No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan.” (Lucas 5:32).  Este fue un reproche a su actitud de auto-justicia. Necesitaban a admitir su pecado.   Sólo entonces Jesús podría recibirlos.

1. ¡Si necesitas del perdón de Dios para ser salvo o ser restaurado a la comunión con Jesús después de cometer errores, arrepiéntete y ven a Jesús tal como eres! Él perdonará tus pecados y te limpiará completamente.

2. Los pecadores son la única clase de personas que pueden ser salvadas.  ¿Eres tu uno de ellos? Porque yo sí, y acepté la invitación del Señor, y ¿tú qué esperas?

NPD/DDH