Lecturas: Mateo 27:50; Marcos 15:37; Lucas 23:46; Juan 19:30.

Toda la vida de Jesús fue un ejemplo de la plenitud que puede tener una persona en su transitar por este mundo. Su infancia fue humilde, criado en una familia de carpinteros, sin embargo en Lucas 2:40 nos dice que “crecía y se fortalecía en sabiduría y la gracia de Dios le acompañaba”; en su adolescencia podía hablar de tú a tú con los maestros de la ley (Lucas 2:46-47) y en su edad adulta  llegó a tener buenas amistades (María, Marta, y su hermano Lázaro, Juan 11:18-30) y un ministerio pleno de discípulos, actividades y situaciones que le permitieron llegar a ser conocido por todo Israel, como una persona que hablaba la verdad.

Ahora su vida en esta primera etapa ha llegado a su final, luego de entregar su espíritu al Padre, muere.  Para muchos la muerte representa el final de todo el camino, pues su mirada está puesta en las cosas de la tierra y su vida no tiene ningún significado aparte del gozo y placeres temporales. Sin embargo para Jesús la muerte no fue el final, fue tan sólo otra etapa de la vida de los seres humanos, que Él tenía que pasar debido al sacrificio redentor encomendado.

Su sacrificio y muerte fueron voluntarios, nadie lo obligó, no se defendió, se pudo haber retractado  y no lo hizo, permitió que lo acusaran injustamente y dejó que lo maltrataran de la peor manera posible.  Murió, sí, eso es verdad, pero muy pronto sucedería algo que cambiaría el rumbo de toda la historia.

  1. La muerte no es el final es tan sólo un paso hacía nuestro destino eterno, tal como lo dice Hebreos 9:27 “Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio”.
  1. El Señor nos prometió vida eterna, así que recordemos eso cuando nos enfrentemos al final de nuestras vidas. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

MD/HG

Jesús: Entregó su espíritu.  “Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu” Mateo 27:50.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.